La política de fomento no debe verse como un hecho aislado en el contexto político.

La relevancia de la pequeña y mediana industria y demás empresas (Pymys y Pymes) es inobjetable. No obstante, se enfrentan a un escenario caracterizado por el fenómeno de la globalización, el cual deben afrontar algunas veces mediante el diseño de estrategias de internacionalización. Ha habido poca disposición de empresarios de las Pymes en acudir hacia el financiamiento público por la percepción de lentitud en la burocracia gubernamental y al desconocimiento de los programas de incentivo al exportador. El control cambiario, certificados de suficiencia de producción local y el retraso en materia aduanera, han constituido serios obstáculos a la internacionalización.

En los últimos lustros se han presentado una serie de desajustes macroeconómicos que han sumergido a Venezuela en una severa crisis económica, política y social; afectando el mercado laboral y fomentando al sector informal de la economía en franco menoscabo de la necesario cumplimiento de los deberes formales y de la institucionalidad privada. Para revertir esto, se requiere implementar una serie de medidas, entre las cuales se encuentra la promoción y desarrollo de la Pymi a través de la instrumentación de políticas crediticias e incentivos fiscales, en respuesta a las crecientes necesidades de financiamiento del sector, atender a la demanda local, sin perder de vista los mercados foráneos.

La política de fomento empresarial no debe verse como un hecho aislado en el contexto político, sino que debe ser el resultado de un gran consenso entre los actores económicos y sociales más relevantes, y que van más allá de la propia política empresarial; se refiere a la orientación del Estado y sus instituciones, para lograr estos objetivos y la estabilidad macroeconómica.

Teniendo presente la gran importancia de las Pymis como unidades generadoras de puestos de trabajo, el desarrollo de un tejido empresarial fuerte será una forma eficaz para conseguir el bienestar de los individuos y de las familias particulares; extendiendo así los beneficios del progreso a gran parte de la población. En tal sentido, se requiere crear acciones estratégicas enfocadas hacia los negocios internaciones, a través de un programa integral, con la participación de todos los actores, para fomentar y desarrollar una cultura de exportación, lo que significa un cambio paradigmático sobre la premisa de la innovación continua y la definición de estrategias competitivas para mantenerse en los mercados internacionales.

El programa debe contener: 1) Autodiagnóstico de la empresa, definición de los sectores con posición competitiva y potencial de exportación. 2) Diseño de los procesos de exportación y 3) Evaluación de mecanismos para mantener presencia continua en los mercados internacionales 4) Puesta en marcha, seguimiento y control de procesos.

En la primera etapa se requiere identificar la necesidad y capacidad del empresario de la Pyme con intención de internacionalizarse; definir los sectores con potencial exportador; realizar un análisis estratégico y competitivo; diseñar la situación deseada del sector y de las unidades de negocio definidas; visión, misión, objetivos y estrategias. En la segunda etapa la vinculación de todos los actores es la garantía de ofrecer condiciones propicias para penetrar mercados externos y fomentar el desarrollo de empresas de rápido crecimiento, vinculándose a proyectos institucionales de investigación, desarrollo y financiamiento. En esta etapa requiere del apoyo de un experto consultor externo en el área para abordar y consolidar el proceso de apertura de la empresa al exterior, implementando una metodología adecuada, ordenada, estructurada, que permita que las decisiones que la empresa debe afrontar sea las más acertadas para posicionarse en el mercado o segmento seleccionado. Deben definirse los mercados a los cuales se puede penetrar y luego evaluar la posibilidad de acceder a mercados más competitivos. En la tercera etapa, identificar bajo que formatos y alianzas se tendrá exposición permanente en los mercados objetivos foráneos, y en la cuarta y última etapa, cuyo arranque del programa debe ser apoyada por las unidades de gestión definidas y por el consultor externo, se busca definir y segmentar el mercado o mercados objetivos; poner en marcha la estrategia comercial y estrategia promocional; y como seguimiento y control, están las herramientas de análisis de rentabilidad, riesgos, financiamiento e inversiones necesarias para el desarrollo exitoso del programa.

Es importante que las Pymis que se aboque hacia la actividad exportadora, obtenga la mayor retroalimentación y asimilen los procesos internacionales que ayuden a modernizar sus factores productivos para poder responder a la creciente demanda y estar siempre a la par de los estándares de manufactura y servicios internacionales.

Estos esfuerzos se deben considerar como una inversión. Se trata de mejorar la equidad en la distribución de la riqueza, buscando mejorar la productividad del país para aumentar las cadenas de valor de los procesos económicos, que permita una mejora de la competitividad del país.

En el contexto económico internacional de globalización, los bloques regionales han pasado a ser el instrumento de impulso económico y motor del desarrollo productivo. Las Pymis cumplen un rol muy importante dentro de la economía de cualquier país por su capacidad para crear empleo, por ser generadores de ingreso nacional, además de contribuir a la democratización del capital. Puede vincularse con grandes empresas, éstas al querer optimizar sus procesos, pueden transferir actividades a las Pymes a través del encadenamiento con de estas. Las Pymis requieren del apoyo permanente del Estado y de instituciones privadas que les faciliten instrucción y, por tanto, es necesario establecer políticas  mancomunadas que equilibren el desarrollo de dichas entidades productivas.

@moisesbittan

Director de Finantop