Commodities: más que materias primas

El Gran Canal Interoceánico de Nicaragua
Moisés Bittán con Jesús Sulbaran en Radio Venezuela 790 AM

“Los menores precios de los hidrocarburos impactarán nuestra balanza comercial”

La definición tradicional de commodities, se refiere a las materias primas brutas que han sufrido procesos de transformación muy pequeños y constituyen bienes transables en el mercado de valores. Estos bienes que conforman las materias primas esenciales de nuestra economía y del mundo, constituyen una alternativa más de inversión. Ante la inestabilidad de diversas monedas y la crisis económica europea los commodities se convierten en una alternativa de protección patrimonial.

En los mercados financieros internacionales, estos se clasifican en los siguientes grupos básicos: metales, energía, alimentos e insumos, granos y semovientes (ganado).

Las transacciones a nivel mundial se hacen a través de Bolsas de Valores especializas ubicadas en diversas ciudades del mundo.

Algunas de estas bolsas de valores movilizan contratos de los activos físicos más grandes del mundo, como la de Nueva York, otras bolsas operan mercados de productos básicos tales como metales preciosos, caucho, aluminio y petróleo, como la Bolsa de Commodities de Tokio. Igual hay bolsas de valores que trabajan con listas de futuros y opciones sobre productos agrícolas tales como la soya, maíz, café, y productos del azúcar, refinada y cruda, como la Bolsa de Cereales de Tokio; y también hay bolsas que operan commodities agrícolas, como la Bolsa de Chicago.

En la práctica, los commodities se comercializan a través de la modalidad de futuros, cuyas partes, a través de un contrato, se comprometen a realizar la transacción negociada en una fecha futura, pactando la cantidad y el precio en el presente. Lo que se maneja en los mercados a futuro de commodities son contratos representativos de cierta cantidad del bien, por ejemplo, una canasta de maíz, una barra de oro o un barril de petróleo.

Esta modalidad de contratos a futuro y mercados regulados a través de las Bolsas trae aparejado ciertas ventajas, como ser: un contrato de futuro funciona como cobertura del riesgo de fluctuación de los precios y presenta bajos costos iniciales, ya que se realiza el depósito de una fianza mucho menor al valor del activo; la estandarización de los términos contractuales y la buena organización de la Bolsa se traduce en liquidez para las partes, permitiendo que se cierren acuerdos en fechas anteriores al vencimiento, lo que reduce los riesgos de insolvencia. Entre sus desventajas, la más importante es: que se correr el riesgo de tener una errónea percepción sobre el mercado, perdiendo los beneficios potenciales del movimiento de los precios a futuro.

Los precios de los commodities habían iniciado un ciclo alcista a finales de los de la década de los noventa, como resultado del inicio de China al modelo de economía de mercado. Dicho auge de los commodities estuvo liderado por el repunte de los precios del petróleo, alcanzando su pico especulativo en 2008 a niveles de US$130/barril en el WTI frente al promedio de US$72/barril en 2007. Así, el precio de los commodities energéticos terminó incrementándose 28.5% real anual durante 2008 y el de los agrícolas 17%.

Luego, desde finales de 2012, los precios de los commodities han venido declinando, aunque de forma moderada, especialmente los referidos al sector energético. Buena parte de este fenómeno es atribuible al menor crecimiento de China, donde se esperan expansiones del orden de 7.5% anual en los próximos años frente a 9% anual observado en décadas pasadas.

El crecimiento de Estados Unidos cuya economía no sobrepasaría hacia 3% y la economía de la Zona Euro cuyas tasas promedio estarían cercanas a 1.5% anual – bastante débil-, hace difícil pronosticar la coyuntura de segundo semestre de 2014 y del próximo año. Sin embargo, los operadores le han venido apostando a un debilitamiento en el precio de los commodities.

En los productos agrícolas, para el período 2014-2018, se pronostica una tendencia descendente en sus precios. Sin embargo, su punto de inflexión dependerá de: I) la dinámica del crecimiento de los países asiáticos (especialmente en Indonesia, Tailandia y Vietnam); II) la magnitud de la recuperación de Estados Unidos; y III) la velocidad con que se masifiquen las fuentes de energía renovables.

En el caso de los energéticos, los menores precios del petróleo, a su vez, dependerán del balance de oferta entre los miembros de la Opep/No-Opep y del efecto de la industria extractiva no convencional -fracking- . Por otra parte, la mayor oferta agropecuaria, resultante de menores costos de fertilizantes y de energéticos, cubrirá la gran demanda de la Rusia, India y China, especialmente en cárnicos, lo que parece indicar que habrá mayor oferta y menor inflación en productos agropecuarios durante la próxima década.

Para Venezuela durante los próximos 30 meses, los menores precios de los hidrocarburos impactarán nuestra balanza comercial, conjugándose ahora menores precios internacionales y con una producción estancada, lo que aumenta la vulnerabilidad externa del país afectando finalmente nuestra balanza de pagos.

Por tanto, se deben adoptar políticas estructurales y contracíclicas que nos liberen de tan alta dependencia petrolera y, nos permitan encarar el menor ingreso de divisas por este concepto en el próximo año y medio: creando y avanzando en una agenda transversal que implique el ahorro de la energía de origen fósil, impulsando el desarrollo y promoción de energías alternativas e incentivando el crecimiento de empresas basadas en el conocimiento tecnológico para así diversificar las exportaciones hacia bienes y servicios con mayor valor agregado y, apoyar plenamente el turismo receptivo todo ello con el fin de lograr avances en la productividad de la sociedad en su conjunto.