Reservas internacionales: inflación o crecimiento

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Las Reservas Internacionales básicamente son los recursos en divisas, depósitos de moneda extranjera controlados por los bancos centrales.

Adicionalmente existen otros tipos de activos, especialmente los formados por las reservas de oro en los que particularmente Venezuela tiene un gran porcentaje de sus reservas y los Derechos Especiales de Giro (DEG) que es un activo de reserva internacional creado en 1969 por el Fondo Monetario Internacional para complementar las reservas oficiales de los países miembros.

El manejo de las reservas internacionales, especialmente las no operativas – menos líquidas – deben ser gestionadas aún con mayor cuidado por su componente intrínseco especulativo.

Estos activos son los recursos con los que cuenta un país para garantizar los pagos de los bienes que importa y el servicio de la deuda externa, así como para estabilizar la moneda ante los diversos ciclos económicos.

La constitución y acumulación de las reservas internacionales es el resultado de las transacciones que un país realiza con el exterior. Los ingresos de divisas, entre otras son, las exportaciones, los créditos de bancos extranjeros, las remesas recibidas del exterior y la inversión extranjera en el país. Para el caso venezolano, las reservas provienen casi exclusivamente de las exportaciones petroleras que realiza Petróleos de Venezuela,S.A. (Pdvsa).

Cuando Pdvsa comercializa petróleo recibe divisas, las cuales vende al Banco Central de Venezuela (BCV) a cambio de bolívares. Pdvsa paga sus impuestos, regalías y utilidades y traspasa esos bolívares a diversas entidades públicas. El BCV emite los bolívares que circulan en la economía y cuyo respaldo son fundamentalmente las reservas internacionales. Los egresos de divisas son las importaciones, los pagos de intereses de los servicios de deudas contraídas en el exterior, y las remesas hacia el exterior, entre otras.

Cuando los ingresos en divisas son mayores que los egresos se acumulan reservas internacionales. El BCV administra las reservas internacionales del país de manera que estén disponibles cuando se requieran. Si bien se busca que la inversión de estas reservas tenga una rentabilidad, los criterios principales para su manejo son la seguridad de estas inversiones y su liquidez, atendiéndose a: 1 Seguridad. Activos de calidad. 2 Liquidez. Que se puedan negociar fácilmente al mejor precio. 3 Rentabilidad. Que provean un rendimiento adecuado.

Una sólida posición en reservas internacionales fortalece la capacidad de pagos externos y disminuye el riesgo soberano.

Costos y Beneficios

Muchos gobiernos han sufrido grandes pérdidas por la gestión de la cartera de reservas debido a la aparición de alguna crisis financiera global y el consecuente desvanecimiento de las reservas, empero la correcta y conservadora custodia de los activos que componen el portafolio de las reservas internacionales – especialmente lo no operativos – mitigan significativamente los vaivenes de las crisis y mejoran la percepción de la comunidad económica internacional sobre nuestro ente emisor y nuestras políticas públicas.

Importancia

Las mismas también definen el nivel de riesgo que tienen los inversionistas y entes financieros en el momento de pretender hacer negociaciones con países cuya solvencia para hacerle frente a los múltiples compromisos de sus ciudadanos e instituciones viene dado por sus recursos acumulados en el extranjero.

Su posesión influye decisivamente para el país en el tipo de cambio de la moneda nacional: a mayor reserva – en la mayoría de los casos – mayor fortalecimiento de la moneda local; contando la moneda doméstica con un respaldo mayor, lo que presionará hacia la revalorización de la misma; a menores reservas genera presión hacia la devaluación de la moneda nacional.

Su administración implica decisiones complejas en lo que se refiere a la inversión de estos activos dentro de un portafolio diversificado y a la disponibilidad de medios de pago internacional para atender oportunamente los pagos por todos los conceptos de la balanza de pagos. De esto se desprende la capacidad profesional de prudencia que exige la administración de las reservas internacionales de un país.

Venezuela y sus Reservas Internacionales

Cabe destacar que en el año 2005 Venezuela cerró con un nivel de reservas internacionales que lo ubicó de tercer lugar de las mayores reservas internacionales de América Latina, detrás de México y Brasil. Ese año Venezuela logró un crecimiento en las reservas internacionales alrededor del 25%, contando con el retiro de 6 mil millones de dólares que el BCV traspasó a diversos entes públicos en el segundo semestre del año inmediatamente anterior. Aun así, el crecimiento económico del país fue más de 9%, el más alto de la región. Al comienzo del año 2011 dichas reservas se ubicaban en 30,2 mil millones de dólares, y a mediados de esta semana las cifras se ubicaron en 28 mil millones de dólares.

A pesar de estas aparentes favorables cifras en el aspecto macroeconómico, en el aspecto microeconómico persisten serias deficiencias que han prevalecido durante varios años, y que deben superarse para que permitan prever un crecimiento económico sostenido de largo plazo, participando el sector privado con capacidad de realizar importantes inversiones y que se genere la suficiente confianza para la ejecución de importantes proyectos que implican generación de riqueza y creación de empleo formal.

En esa dirección, una profunda reforma a las políticas cambiarias ayudarían a fortalecer dicha confianza a facilitar el intercambio de los agentes privados con el sector externo.

Es menester estar atentos a los manejos de nuestras reservas internacionales por las múltiples implicaciones que tienen en tantos vectores de la actividad económica, y en particular, en el incremento de la formación de precios – inflación – el principal problema económico que aqueja a los venezolanos.