Méritos e inserción de los técnicos superiores

Aportes de la actividad aseguradora
Burbujas especulativas: implicaciones socioeconómicas

Una de carencias recurrentes del sector productivo del país ha sido la demanda de personas con conocimientos técnicos y tecnológicos, sobre funcionalidades específicas y con capacidad de resolver problemas puntuales. La carencia de estos perfiles se debe al interés de los venezolanos por adelantar carreras profesionales, que tienen enfoques más teóricos y menos prácticos frente a las problemáticas y necesidades de las industrias.

Los países más aventajados tienen más técnicos y tecnólogos que profesionales, una pirámide de formación que falla en los países en desarrollo. Venezuela no escapa de esta situación, pues en la pirámide de formación, la realidad de nuestro país y de algunos países rezagados es muy distinta a la de los países de vanguardia, donde está claro que a medida que aumenta la especialización, disminuye la cantidad de profesionales. En Venezuela existen más egresados de programas de formación universitaria, con mayor énfasis en las carreras de ciencias sociales y humanísticas, que técnicos y tecnólogos. Ese escenario no favorece al país donde se requiere la activación de su industrialización y cadena de servicios. Por lo tanto, se requiere ampliar la oferta en programas tecnológicos y mejorar las condiciones laborales de los técnicos y los tecnólogos. La promoción y el mejoramiento de las condiciones salariales para esta clase de trabajador a nivel nacional deben tomarse como una política de Estado. Esa cualificación nos permite ganar competitividad.

La preparación de estos profesionales es tan pertinente y de buena calidad que hace competitivas las empresas. Este grupo es el que le da sustento al desarrollo de la industria, la investigación y la tecnología. Una de las ventajas de la formación técnica profesional y tecnológica es que se incentiva a los estudiantes para que, durante su formación, realicen un proyecto para la creación de una nueva empresa con los debidos incentivos, de manera que cuando terminen sus estudios tengan una actividad a la cual dedicarse; es decir, que en las circunstancias actuales, puedan generar empleos.

Por otra parte la formación técnica profesional y tecnológica toma gran importancia en el proceso de cambio tecnológico que trae consigo la globalización y la internacionalización de las empresas. La educación superior abarca la técnica, la ciencia y la tecnología, la etapa de formación que sucede a la educación media o secundaria hasta la culminación de esa etapa al titularse bachiller en alguna área específica. Su fin es la profesionalización, con lo cual se contribuye al desarrollo individual, en cuanto mejora la calidad de vida de los habitantes, y social, ya que ayuda a elevar la productividad y el crecimiento del país. Es de vital importancia para los estudiantes el fomento de la creación de alianzas que vinculen sector productivo, educativo, gobiernos locales y regionales, centros de innovación e instancias estatales relacionadas con la formación para el trabajo, para que mancomunadamente trabajen en beneficio de la competitividad y la productividad del país, garantizando una oferta pertinente y de talla mundial para la educación técnica y tecnológica.

Técnicos medios y escuelas técnicas Las escuelas técnicas se distinguen de otras ofertas de educación secundaria por el tipo de formación que ofrecen a sus alumnos, y por el otorgamiento de un título que habilita para el desempeño profesional. Comparten con otras ofertas de nivel secundario los propósitos básicos de la escuela media: preparar para la continuación de estudios superiores para la inclusión de los jóvenes en el mundo del trabajo. El tipo de conocimientos y saberes que circulan por las escuelas, el otorgamiento de un título técnico profesional, el lugar central de actividades de tipo teórico-práctico, la presencia de talleres, de laboratorios y otros espacios formativos, de maquinarias y herramientas de trabajo, la vinculación con empresas o sectores del entorno productivo, la realización de productos y/o la oferta de servicios, la jornada extendida, entre otras características confieren a estas escuelas propiedades que las diferencian de otras ofertas de nivel secundario. Los ritmos, los espacios de enseñanza, las modalidades de interacción entre docentes y alumnos, el clima de trabajo, el sentido de la tarea adquieren rasgos propios que hacen que la experiencia de docentes y alumnos en estas escuelas, no sea equiparable a lo que sucede en otros establecimientos de educación secundaria.

El relanzamiento de las escuelas técnicas en el año 1999 pasa por el proceso de ajustes de las estructuras funcionales y organizativas, para adecuarlas a las exigencias de la práctica productiva escolar y la necesidad de interacción operativa con las comunidades en las que estén insertas. Por lo tanto, surge la necesidad de que los centros educativos participen en la tarea de redefinir las políticas institucionales internas, que se conjuguen con las necesidades de su entorno comunitario. La refundación de la escuela técnica en Venezuela es un elemento de prioridad dentro de los planes de recuperación nacional; dependiendo en gran medida de que se cuente con el personal técnico necesario para tal fin.

La formación de técnicos medios con los niveles adecuados para asumir las exigencias a los sectores productivos del país permite emprender el desarrollo en las áreas estratégicas del mercado de trabajo a través del fortalecimiento de la educación para el trabajo en concordancia con el aparato productivo, aspectos estos que incidirían inmediatamente en el mejoramiento de la calidad de vida de la población. Si a la par de lo sugerido se le da mejor realce a las habilidades técnicas por su aporte a la sociedad, muchos jóvenes se sentirán más atraídos por estas profesiones y a su vez tenderán a ser igual o mejor remuneradas que la media de los profesionales de otras áreas del saber.