En las últimas décadas las relaciones entre los países de América del Sur se han hecho más complejas y estrechas.

Sus componentes incluyen diversos aspectos, tales como grupos de integración económica como la Comunidad Andina o Mercosur, las asociaciones de corte político como Unasur y los proyectos de infraestructura física, como carreteras o gasoductos. Muchos de esos emprendimientos son promovidos y financiados por un conjunto de “instituciones financieras regionales” (IFR). Estas instituciones, ya sea fondos o bancos, tienen la particularidad de estar en manos de los propios gobiernos de América Latina. En la actualidad, las IFR muestran un creciente protagonismo, en buena medida asociado con el surgimiento de los gobiernos en varios países.

Las IFR se enfocan y se estructuran para actuar en América Latina, o en subregiones a su interior; sus autoridades y el proceso de toma de decisiones están en manos de los gobiernos de la región; y su enfoque primario se encuentra en financiamientos convencionales, tales como proyectos en infraestructura y energía, la expansión empresarial privada o la cooperación técnica.

El conjunto de IFR incluye por lo menos a ocho instituciones: las grandes instituciones regionales: Corporación Andina de Fomento (CAF), Fondo de la Cuenca del Plata (Fonplata), Banco Latinoamericano de Exportaciones (Bladex) y el Fondo Latinoamericano de Reservas (Flar); los bancos y los fondos subregionales: el Banco Centroamérica de Integración Económica (Bcie) y el Caribbean Development Bank (CDB); y los bancos nacionales: Bndes (Banco Nacional de Desarrollo Económico Social) de Brasil, y Bandes (Banco de Desarrollo Económico y Social) de Venezuela. En cuanto al Banco del Sur, promete arrancar operaciones a finales de este año. Finalmente, en sentido estricto el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) también posee varios atributos de una IFR, a pesar que es una “institución financiera internacional” (IFI).

El surgimiento de estas IFR representa una alternativa a las IFI (Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional), donde el poder en la toma de decisiones de estas últimas instituciones es asimétrico, y descansa en particular en las naciones industrializadas, con roles determinantes de Estados Unidos, la Unión Europea y Asia.

Las IFR encierran muchos desafíos y algunas opciones en el contexto de la integración suramericana. Estas instituciones, el hecho de estar manejados por los propios gobiernos Latinoamericanos, ofrece oportunidades importantes. El protagonismo de estas instituciones es creciente, tanto por su diversificación como por el volumen de fondos que manejan, generando flujos regionales de capital de gran importancia. El avance de integración regional alternativa conlleva a contar con instituciones financieras propias para llevar a cabo importantes proyectos regionales.

Tercer Foro Empresarial del Mercosur – Arquitectura Financiera Regional

Durante los días 26 y 27 de julio de 2014, representantes de más de trescientas empresas de los países del Mercosur se reunieron en la ciudad de Caracas para llevar a cabo el Tercer Foro Empresarial del Mercosur, espacio que tiene como principal objeto reflexionar conjuntamente con los gobiernos y empresas estatales, el proceso de integración con la comunidad empresarial productiva de la región. Se llevaron a cabo mesas de debates que fueron enfocadas en varios temas, una de ellas es la Nueva Arquitectura Financiera Regional.

Se reconoció el adecuado funcionamiento de mecanismo y entidades de la región, como el Convenio de Pago y Créditos Recíprocos aplicados por la Asociación Latinoamericana de Integración -Aladi-, la CAF, la Flar, el Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur, el Banco del Alba y el Sistema Unitario de Compensación Regional de Pagos -Sucre-. Se resaltó en avanzar con mayor celeridad la puesta en marcha de las nuevas herramientas financieras concebidas en la región, como el Banco del Sur, el Fondo Suramericano de Reservas, el Fondo de Garantía del Mercosur, y apoyar la iniciativa de promover una alianza entre el recién anunciado Banco de Desarrollo del Brics y el naciente Banco del Sur.

Se destacó la necesidad de brindar mecanismos de financiamiento que permita mejorar y equilibrar los flujos comerciales entre los países de la región; y la necesidad de homologar los criterios regionales de calificación de las empresas, en pequeñas, medianas y grandes, que son muy asimétricas dentro de la región del Mercosur.

Se planteó la fragilidad de la institucionalidad financiera de apoyo a las Pymes, para avanzar en la disminución de las asimetrías presentes en el Mercosur.

Se hizo énfasis en desarrollar y fortalecer los mecanismos de pago en moneda local, de tal manera agilizar las transacciones y poder facilitar su utilización generalizada en la región. Igualmente se señaló la necesidad de dar prioridad a los acuerdos para evitar la doble tributación entre los países de la región.

Se resaltó la necesidad de avanzar en la homologación de los elementos financieros en los cuales se sostiene el comercio regional: cartas de crédito, fianzas de anticipo, de licitación, de fiel cumplimiento, etc. Para lograr este objetivo requiere cambios en la operatividad de los instrumentos actuales, brindando mayor flexibilidad e integrándolos en el ámbito Mercosur, para lograr mejorar la competitividad frente a terceros mercados.

Finalmente, se tocó el tema de la situación que está pasando la República de Argentina, ante su delicada situación para honrar su deuda externa.

Aprovecho para invitarlos el próximo 4 de octubre al Simposio “ABC del Mercosur”, a realizarse en Caracas, donde seré conferencista y compartiré el podio con destacadas personalidades y profesionales que nos ilustrarán las oportunidades que representan para los venezolanos ser parte de este importante bloque de integración regional.